lunes, 25 de abril de 2016

Jubileo de los adolescentes: el amor es el documento de identidad del cristiano


Este domingo 24 de abril, en el contexto del Jubileo de la Misericordia, hemos celebrado en la Iglesia el Jubileo de los adolescentes

Nos ha parecido interesante recoger algunas ideas en este blog dirigido, sobre todo, a la comunidad educativa.

El papa Francisco invitó a los jóvenes a seguir a Jesús, a entender la verdadera dimensión del amor y de la libertad, que no es egoísmo. Y a saber decir no a los falsos modelos que les proponen. Porque amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las propias capacidades. Y saber que el documento de identificación del cristiano es el amor mutuo y el estilo la práctica de las obras de misericordia.


A continuación un resumen de las palabras del Papa:

“Queridos muchachos: Qué gran responsabilidad nos confía hoy el Señor. Nos dice que la gente conocerá a los discípulos de Jesús por cómo se aman entre ellos. En otras palabras, el amor es el documento de identidad del cristiano, es el único “documento” válido para ser reconocidos como discípulos de Jesús.

Si este documento caduca y no se renueva continuamente, dejamos de ser testigos del Maestro. Entonces les pregunto: ¿Quieren acoger la invitación de Jesús para ser sus discípulos? ¿Quieren ser sus amigos fieles? El amigo verdadero de Jesús se distingue principalmente por el amor concreto, no el amor en las nubes. (...) Esto es un trabajo de todos los días, aprender a amar.

Ante todo, amar es bello, es el camino para ser felices. Pero no es fácil, es desafiante, supone esfuerzo. (...)

Miremos al Señor, que es invencible en generosidad. Recibimos de él muchos dones, y cada día tendríamos que darle gracias. Quisiera preguntarles: ¿Dan gracias al Señor todos los días? Aun cuando nos olvidamos, él no se olvida de hacernos cada día un regalo especial. No es un regalo material para tener entre las manos y usar, sino un don más grande para la vida. Nos regala, ¿qué nos regala?, nos regala su amistad fiel, el Señor es siempre un amigo que no la retirará jamás. Aunque lo decepciones y te alejes de Él, Jesús sigue amándote y estando contigo, creyendo en ti más de lo que tú crees en ti mismo. (...)

El Señor está siempre junto a ti y está contento de estar contigo. Como hizo con sus discípulos jóvenes, te mira a los ojos y te llama para seguirlo, para «remar mar a dentro» y «echar las redes» confiando en su palabra; es decir, poner en juego tus talentos en la vida, junto a él, sin miedo. Jesús te espera pacientemente, espera una respuesta, aguarda tu ‘sí’.

Queridos chicos y chicas, a la edad vuestra surge de una manera nueva el deseo de afeccionarse y de recibir afecto. Si van a la escuela del Señor, les enseñará a hacer más hermosos también el afecto y la ternura. Les pondrá en el corazón una intención buena, esa de amar sin poseer: amar sin poseer, de amar a las personas sin desearlas como algo propio, sino dejándolas libres. Porque el amor es libre, no existe amor si no es libre. (...).

En estos años de juventud ustedes perciben también un gran deseo de libertad. Muchos les dirán que ser libres significa hacer lo que se quiera. Pero a esto es necesario saber decir no. Si tu no sabes decir no, no eres libre, libre es quien sabe decir sí y sabe decir no.

La libertad no es poder hacer siempre lo que se quiere: esto nos vuelve cerrados, distantes y nos impide ser amigos abiertos y sinceros (...).

En cambio, la libertad es el don de poder elegir el bien. Esto es libertad, es libre quien elige el bien, quien busca aquello que agrada a Dios, aun cuando sea fatigoso. No es fácil. Pero creo que ustedes no tienen miedo de las fatigas, son valientes, son valientes. Sólo con decisiones valientes y fuertes se realizan los sueños más grandes, esos por los que vale la pena dar la vida. (...).

No se contenten con la mediocridad, con “ir tirando”, estando cómodos y sentados; no confíen en quien les distrae de la verdadera riqueza, que son ustedes, cuando les digan que la vida es bonita sólo si se tienen muchas cosas; desconfíen de quien quiera hacerles creer que son valiosos cuando los hacen pasar por fuertes, como los héroes de las películas, o cuando llevan vestidos a la última moda. Vuestra felicidad no tiene precio y no se negocia; no es un “app” que se descarga en el teléfono móvil: ni siquiera la versión más reciente podrá ayudaros a ser libres y grandes en el amor. La libertad es otra cosa.

Porque el amor es el don libre de quien tiene el corazón abierto; el amor es una responsabilidad bella que dura toda la vida; es el compromiso cotidiano de quien sabe realizar grandes sueños. (...)

El amor se alimenta de confianza, de respeto y de perdón. (...).

¿Cómo podemos crecer en el amor? El secreto está en el Señor: Jesús se nos da a sí mismo en la Santa Misa, nos ofrece el perdón y la paz en la Confesión. Allí aprendemos a acoger su amor, hacerlo nuestro y a difundirlo en el mundo. (...).

El Papa confiesa en el Jubileo de los adolescentes
En la vida siempre se cae porque somos pecadores, somos débiles. Pero está la mano de Jesús que nos levanta cuando nos caemos. Jesús nos quiere de pié. Esa palabra hermosa que Jesús le decía a los paralíticos: ‘levántate’. Dios nos creó para estar de pié.

(...)

Hagan como los campeones del mundo del deporte, que logran llegar a las metas altas entrenándose todos los días con humildad y duramente. Que vuestro programa cotidiano sean las obras de misericordia. Entrénense con entusiasmo en ellas para ser campeones de vida, campeones de amor. Así serán conocidos como discípulos de Jesús. Así tendrán el documento de identificación de los cristianos y les aseguro que vuestra alegría será plena.