jueves, 28 de abril de 2016

ACOGER AL FORASTERO



Me quedo.

Me quedo con tu mirada.

Con tu mirada y con tus ojos negros.

Me quedo contigo, pelirroja, en el flash que te alumbró en una carretera.

Me quedo en la madrugada, yendo a tapar a mi hija bien morena, y a la otra bien pelirroja, no vaya a ser que pillen un catarro.

Me quedo con tu desgarro y con tu impotencia y con tu miedo y con tu frío y con tu rabia y con tu agotamiento.
Me quedo con todo eso grabado,mientras sujetas fuerte a tu hijo... no vaya a ser que se te escurra ahora entre los brazos... justo ahora, que ya estáis los dos, a salvo y en tierra.

Me quedo con la orilla de una playa turca y de otra griega y de otra canaria.

Me quedo con tres extranjeros y magos y sabios, llegando cada uno de tres sitios bien lejanos, seguros de que han encontrado, por fin, lo Bueno.

Y con un mapa sin tierras  porque... para qué, si todos"somos ciudadanos de los cielos" (Que ya lo sabían aquellos magos, que por algo eran sabios).

Me quedo con un niño de horas en la intemperie de Belén y me quedo en la noche de los que no le dieron abrigo.

Me quedo con tu carcajada porque juego contigo en una cuneta y te hace gracia mi gorra.

Me quedo con tu piel más blanca o más morena porque vienes de otro lado .
Y con el cuero de tus sandalias que es distinto al mío.

Me quedo con tus pies extranjeros, si apenas levanto mis ojos del suelo... cada vez que paso por  delante de tu  extranjera mirada, apostada,  cada día, en la misma acera.

Me quedo con un galileo charlando en un pozo con una samaritana.

Me quedo con con una vía de tren demasiado larga e imperdonablemente llena de pasos.

Me quedo con una bebida caliente, unas galletas y una manta en una estación.
Me quedo con las estaciones a las que llegan trenes .
Me quedo con tu mirada forastera bajando del tren.
Y con la tuya en esas vías donde, en vez de trenes, caminas peregrinoyforastero igual de agotado y triste que de confundido y esperanzado.

Me quedo escondido en la mañana en algún monte Gurugú y me quedo esperando la noche para correr monte abajo, aterrado.

Me quedo con el frío, la lluvia y el barro calando tu piel y tus zapatos, sumando ya demasiadas mojaduras,  mientras oigo llover afuera.

Me quedo con tu espalda mojada y rota y roto tu bebé en ella porque no puede más.

Me quedo con el pescador turco que se lanzó al mar a por ti y con el voluntario que te abrazó con una manta al llegar al puerto.

Me quedo escribiéndote  desde donde estoy.

Me quedo con un dibujo  en una hoja cuadriculada: me quedo con el fuego, los cuerpos desmembrados y la sangre en el suelo que dibujaste con tus pinturas de niño... y con los caminos que conducen directos a la casas que dibujaste, contento, en el otro lado del papel.

Me quedo con el "id por todo el mundo..." y con "el mundo es nuestra casa"...y " con el venid a Mí los que estéis cansados"...

Me quedo con la mirada del país que te acogió y en el que temeroso cerró sus puertas.

Me quedo con el soldado que te golpeó para que no te colaras dentro... y con el otro que abrió paso para que pudieras llegar.

Me quedo contigo, extranjero y peregrino y con María aún muy débil y con José decidido y con Herodes celoso y cegado y con 700 millas de camino por delante los tres.

Me quedo extranjero, que todos lo fuimos, en Egipto, un día.

Me quedo con mi Dios, que entonces, es un Dios forastero.

Me quedo.
Me quedo sin excusas, la verdad.

FUENTE. Cova Bayón. www.pastoralsj.org

lunes, 25 de abril de 2016

Jubileo de los adolescentes: el amor es el documento de identidad del cristiano


Este domingo 24 de abril, en el contexto del Jubileo de la Misericordia, hemos celebrado en la Iglesia el Jubileo de los adolescentes

Nos ha parecido interesante recoger algunas ideas en este blog dirigido, sobre todo, a la comunidad educativa.

El papa Francisco invitó a los jóvenes a seguir a Jesús, a entender la verdadera dimensión del amor y de la libertad, que no es egoísmo. Y a saber decir no a los falsos modelos que les proponen. Porque amar quiere decir dar, no sólo algo material, sino algo de uno mismo: el tiempo personal, la propia amistad, las propias capacidades. Y saber que el documento de identificación del cristiano es el amor mutuo y el estilo la práctica de las obras de misericordia.


A continuación un resumen de las palabras del Papa:

“Queridos muchachos: Qué gran responsabilidad nos confía hoy el Señor. Nos dice que la gente conocerá a los discípulos de Jesús por cómo se aman entre ellos. En otras palabras, el amor es el documento de identidad del cristiano, es el único “documento” válido para ser reconocidos como discípulos de Jesús.

Si este documento caduca y no se renueva continuamente, dejamos de ser testigos del Maestro. Entonces les pregunto: ¿Quieren acoger la invitación de Jesús para ser sus discípulos? ¿Quieren ser sus amigos fieles? El amigo verdadero de Jesús se distingue principalmente por el amor concreto, no el amor en las nubes. (...) Esto es un trabajo de todos los días, aprender a amar.

Ante todo, amar es bello, es el camino para ser felices. Pero no es fácil, es desafiante, supone esfuerzo. (...)

Miremos al Señor, que es invencible en generosidad. Recibimos de él muchos dones, y cada día tendríamos que darle gracias. Quisiera preguntarles: ¿Dan gracias al Señor todos los días? Aun cuando nos olvidamos, él no se olvida de hacernos cada día un regalo especial. No es un regalo material para tener entre las manos y usar, sino un don más grande para la vida. Nos regala, ¿qué nos regala?, nos regala su amistad fiel, el Señor es siempre un amigo que no la retirará jamás. Aunque lo decepciones y te alejes de Él, Jesús sigue amándote y estando contigo, creyendo en ti más de lo que tú crees en ti mismo. (...)

El Señor está siempre junto a ti y está contento de estar contigo. Como hizo con sus discípulos jóvenes, te mira a los ojos y te llama para seguirlo, para «remar mar a dentro» y «echar las redes» confiando en su palabra; es decir, poner en juego tus talentos en la vida, junto a él, sin miedo. Jesús te espera pacientemente, espera una respuesta, aguarda tu ‘sí’.

Queridos chicos y chicas, a la edad vuestra surge de una manera nueva el deseo de afeccionarse y de recibir afecto. Si van a la escuela del Señor, les enseñará a hacer más hermosos también el afecto y la ternura. Les pondrá en el corazón una intención buena, esa de amar sin poseer: amar sin poseer, de amar a las personas sin desearlas como algo propio, sino dejándolas libres. Porque el amor es libre, no existe amor si no es libre. (...).

En estos años de juventud ustedes perciben también un gran deseo de libertad. Muchos les dirán que ser libres significa hacer lo que se quiera. Pero a esto es necesario saber decir no. Si tu no sabes decir no, no eres libre, libre es quien sabe decir sí y sabe decir no.

La libertad no es poder hacer siempre lo que se quiere: esto nos vuelve cerrados, distantes y nos impide ser amigos abiertos y sinceros (...).

En cambio, la libertad es el don de poder elegir el bien. Esto es libertad, es libre quien elige el bien, quien busca aquello que agrada a Dios, aun cuando sea fatigoso. No es fácil. Pero creo que ustedes no tienen miedo de las fatigas, son valientes, son valientes. Sólo con decisiones valientes y fuertes se realizan los sueños más grandes, esos por los que vale la pena dar la vida. (...).

No se contenten con la mediocridad, con “ir tirando”, estando cómodos y sentados; no confíen en quien les distrae de la verdadera riqueza, que son ustedes, cuando les digan que la vida es bonita sólo si se tienen muchas cosas; desconfíen de quien quiera hacerles creer que son valiosos cuando los hacen pasar por fuertes, como los héroes de las películas, o cuando llevan vestidos a la última moda. Vuestra felicidad no tiene precio y no se negocia; no es un “app” que se descarga en el teléfono móvil: ni siquiera la versión más reciente podrá ayudaros a ser libres y grandes en el amor. La libertad es otra cosa.

Porque el amor es el don libre de quien tiene el corazón abierto; el amor es una responsabilidad bella que dura toda la vida; es el compromiso cotidiano de quien sabe realizar grandes sueños. (...)

El amor se alimenta de confianza, de respeto y de perdón. (...).

¿Cómo podemos crecer en el amor? El secreto está en el Señor: Jesús se nos da a sí mismo en la Santa Misa, nos ofrece el perdón y la paz en la Confesión. Allí aprendemos a acoger su amor, hacerlo nuestro y a difundirlo en el mundo. (...).

El Papa confiesa en el Jubileo de los adolescentes
En la vida siempre se cae porque somos pecadores, somos débiles. Pero está la mano de Jesús que nos levanta cuando nos caemos. Jesús nos quiere de pié. Esa palabra hermosa que Jesús le decía a los paralíticos: ‘levántate’. Dios nos creó para estar de pié.

(...)

Hagan como los campeones del mundo del deporte, que logran llegar a las metas altas entrenándose todos los días con humildad y duramente. Que vuestro programa cotidiano sean las obras de misericordia. Entrénense con entusiasmo en ellas para ser campeones de vida, campeones de amor. Así serán conocidos como discípulos de Jesús. Así tendrán el documento de identificación de los cristianos y les aseguro que vuestra alegría será plena.

miércoles, 20 de abril de 2016

DAR DE COMER AL HAMBRIENTO


Alimentarse es la primera necesidad que los seres humanos hemos de tener cubierta para poder realizar todo lo demás. En una sociedad aparentemente sobrealimentada la primera de las obras de misericordia se presentaba lejana… sin embargo, la actual crisis económica ha traído a nuestras casas noticias de malnutrición infantil, imágenes de personas haciendo colas en comedores sociales y oficinas de Cáritas y otras ONGs en las que la distribución de alimento ha cobrado lamentablemente de nuevo protagonismo. 

En otras partes del mundo están demasiado acostumbrados a ver a personas muriendo por no tener alimento. Las hambrunas se van sucediendo como las estaciones golpeando a poblaciones enteras. Quizá esto nos duele menos por ser realidad lejana y por lo acostumbrado que estamos a ver imágenes que quitan la dignidad a quienes contemplamos quietos y en silencio…

Jesús se identifica con aquél que pasa hambre y nos dice que el Reino de su Padre está abierto a aquellos que se conmueven y dan de comer al hambriento. Y es que la misericordia es eso, sentir las miserias del otro y como consecuencia de esa compasión ayudarlo y auxiliarlo. El Señor va más allá y Él mismo se hace pan para darse a una humanidad necesitada de todo tipo de panes.

Dar de comer al hambriento no es dar lo que nos sobra, aunque irónicamente entonces daríamos mucho pues necesitamos bastante poco. Se trata de ir más allá, adecuar nuestros hábitos de consumo a las necesidades reales, no desechar alimentos y, cómo no, dar gracias por lo que tenemos porque sólo así seremos capaces de caer en la cuenta de que hay otros muchos que necesitan de eso que para nosotros parece básico, el alimento diario.

FUENTE. Antonio Bohórquez. www.pastoralsj.org

lunes, 18 de abril de 2016

Trabajo sobre el Jubileo de la Misericordia en 2º ESO

A lo largo de estas semanas, en las dos clases de 2º de la ESO, hemos estado trabajando sobre el Jubileo de la Misericordia. Básicamente, la tarea ha consistido en: buscar información, seleccionar lo más relevante de cada tema y prepararla para presentar ante el resto de compañeros de dos formas, con un mural y con un programa informático de presentaciones.

El hacer un mural para tenerlo a la vista en el aula cubre un doble objetivo: ganar en capacidad de síntesis, es decir, mejorar la competencia de ver lo esencial de un tema para plasmarlo de manera sintética y completa en un soporte físico; y que nos sirva de recordatorio: el Jubileo dura un año completo y debemos tenerlo delante de nuestros ojos para que no olvidemos la gran intención del Papa Francisco para este año.


Por otro lado, aunque el contenido de las presentaciones era lo más importante, el profesor puso de relieve la relevancia del "envoltorio", es decir, la importancia de saber presentar bien los temas, hablar en público con solvencia y profesionalidad. Desde el principio, todos tuvimos claro que las presentaciones debían ser ágiles, vivas, visuales y con apoyos de elementos gráficos y vídeos.

Tanto en 2º A como en 2º B nos dividimos en siete grupos de unas tres o cuatro personas cada uno: grupos pequeños y equilibrados para que todos se sintieran implicados en la tarea. Cada grupo trabajó un aspecto del Jubileo señalado por el profesor:




Grupo 1: Jubileo en general. ¿Qué es? ¿Cuál es el origen y el significado de la palabra? ¿Por qué se ha convocado este en concreto? ¿Cuántos ha habido a la lo largo de la historia de la Iglesia? ¿Cuándo y quién los convocó? ¿Qué tipos de Jubileos existen?, etc.


Grupo 2: Jubileo del Año 2000. Nos pareció importante poner el Jubileo actual con el precedente, de tal forma que viéramos el contexto inmediato. ¿Qué fue? ¿Quién y por qué lo convocó? ¿Cómo se preparó y qué actos fueron los más importantes? ¿Tuvo elementos gráficos?, etc.
Logotipo Jubileo 2000




Grupo 3: el Jubileo en las redes sociales y Bula de convocatoria. Estos grupos tuvieron que mostrar al resto la página web oficial, sus apartados, su estructura, diseño y, en general, la presencia del Jubileo en la red a través de Instagram, twitter, facebook, youtube, etc.

Grupo 4: las catequesis jubilares del Papa Francisco. Nos pareció importante la iniciativa del Papa de comenzar todos los sábados una catequesis especialmente dedicada al Jubileo. ¿De qué ha hablado el Papa todos los miércoles y sábados a lo largo de estos meses? ¿Cuáles han sido los temas principales? Se trataba de identificar en cada una de las catequesis el día y sitio en que tuvo lugar, el tema principal enunciado en dos líneas y, finalmente, escoger una de las catequesis y analizarla con más detalle para presentarla resumida al resto de la clase.


Grupo 5: calendario del Jubileo. Dentro del Jubileo hay "pequeños jubileos". Quisimos analizar lo más relevantes que ya se han celebrado o se van a celebrar. Por ejemplo, el de la Curia romana, del que conseguimos hasta vídeos de su desarrollo, o el previsto para los adolescentes, que tan de cerca nos toca.



Grupo 6: las obras de misericordia. Son el eje fundamental sobre el que la Iglesia ha querido que gire todo el Jubileo. En este blog estamos publicando entradas sobre cada una de las catorce obras de misericordia, para que todos podamos meditar el modo en el que imitamos a Jesús y su Corazón misericordioso.



Francisco ante la Puerta Santa
Grupo 7: la Puerta Santa y la peregrinación. Los grupos de alumnos que analizaron este aspecto del Jubileo explicaron con palabras e imágenes cuál es el símbolo de las puertas santas y cuáles fueron abiertas por el Santo Padre: la de San Pedro del Vaticano, las de las otras tres basílicas mayores de Roma y, de forma especial, la de la catedral de Bangui, capital de la República Centroafricana. También nos mostraron la realidad de la puerta santa en la iglesia diocesana de Madrid: la de la catedral de Nuestra Señora de La Almudena.



miércoles, 13 de abril de 2016

VISITAR A LOS PRESOS (2)



- ¿Visitar a los presos?
- Sí, eso mismo. Una obra de misericordia.
- Pero no será a todos… se referirá a los presos que son conocidos, a los familiares…
- No.
- Entonces… a los inocentes o injustamente encarcelados, ¿no?
- No. Se refiere a los presos. Sin adjetivo ninguno.
- ¡¡¡Pero eso no es lógico!!! ¿Te refieres a los que se han dado cuenta del mal que han hecho, se han arrepentido y quieren cambiar?
- No. Me refiero a los presos, a todos.
- ¡¡¡Pero si no se lo merecen!!! Algo habrán hecho para estar encerrados…
- Por eso hay que visitarlos, porque no se lo merecen…
- Eso es ilógico… No tiene sentido.
- Sí, es ilógico… eso es verdad, pero sí que tiene sentido, aunque no en la lógica en la que te mueves. Precisamente por eso es “misericordia”, porque no atiende a la lógica de los méritos y merecimientos. 
- Entonces… ¿no es visitarlos porque sean inocentes, o porque se hayan arrepentido? 
- No. Es por misericordia, por gratuidad, no por merecerlo o no; es independientemente de si el castigo es justo o no, es independientemente de si su pecado fue muy grande o pequeño, si tiene más motivos para estar entre rejas o menos… Esa no es la lógica de Dios, ni la de la misericordia.
- Pufffff… Yo entiendo que el desnudo, el hambriento, el enfermo… puedan conmover el corazón y provocar una respuesta en su ayuda; pero ante un crimen o un delito ¿no despierta más compasión las víctimas que los verdugos?
- Sí, claro. Pero es que la misericordia también rompe con esa lógica. 
- Creo que te entiendo… Lo dices porque muchos presos, en el fondo, son víctimas de una sociedad y de unas estructuras injustas que parecen no dejar otra salida para algunos marginados que la de delinquir para sobrevivir…
- Sí, lo digo por esos, pero no sólo por ellos. También por aquellos cuyo delito nace del propio egoísmo, de la ira incontrolada, del mal que a veces se instala en los corazones humanos…
- ¡¡¡Uy!!! Yo a esos no los visito… no me sale de dentro.
- Entonces es que esos son los más se “merecen” ser visitados, y ahí radica la verdadera misericordia, la que muchas veces no nace de un corazón conmovido sino del esfuerzo de tener que hacer de “tripas corazón”, pero confiando en una esperanza que no entiende de nuestras lógicas.
- No sé… parece que esto de visitar a los presos rompe con todas las lógicas…
- Sí, con casi todas. Lo que pasa es que el amor tiene un lenguaje propio muy particular, capaz de bendecir a los malditos, de acariciar a los que nadie quiere tocar, y de visitar a quien es separado y confinado para que nadie lo visite… se lo merezca o no.

FUENTE. Fonfo Alonso Lasheras. www.pastoralsj.org

miércoles, 6 de abril de 2016

VISITAR A LOS PRESOS



Conducimos hasta allá. Hay que salir corriendo del coche para llegar a cubierto, porque llueve. O no. Primero se pasa un control de seguridad externo donde se muestra el documento de identidad. Después se pasa un nuevo control, interno ya, en el que se recoge la identificación de la prisión a cambio de dejar el DNI. Arco de detección de  metales. Se abre una puerta, se cierra, y entonces se abre una segunda puerta. Así en tres ocasiones. Aún pueden quedar un par de controles más antes de llegar a la sala donde tendrá lugar la reunión. Uno ya ha perdido la cuenta de las puertas atravesadas, así como la compostura en el vestir por quitarse el cinturón ante el arco.

Ir a la cárcel es muy molesto, muy tedioso. La verdad. Dan ganas de buscarse otra obra de misericordia.

Pasa la tarde y hay que volver a casa. Y en el coche, feliz, uno vuelve -como cada semana- a pedir perdón a Dios por la pereza con la que fue, avergonzado por el agradecimiento con el que vuelve. Porque en la cárcel ha compartido su tiempo con Jesús preso, ha velado un ratito junto a él en una noche de jueves santo de varios años de condena. Porque al llegar a casa y recordar los rostros de las personas encerradas y el pedacito de vida con ellas compartida, uno se rinde a Dios y reconoce que visitar, visitó, pero que la misericordia no la llevó a los presos, sino que de ellos la recibió.

FUENTE. Borja Miró. www.pastoralsj.org