jueves, 19 de mayo de 2016

CONSOLAR AL TRISTE



Una lágrima...
Esta es la historia de una lágrima. Y la lágrima existía, como existe la tristeza.
Pero no estaba sola. 
Y Jesús...
Al ver a la viuda, sintió compasión y le dijo: “No llores” (Lc 7, 13)
Y a la mujer: “Tu fe te ha salvado. Vete en paz” (Lc 7, 50)
También se agachó y, con el dedo, se puso a escribir en el suelo (Jn 8, 6b)
Y, en otra, tomándola de la mano, le ordenó: “Muchacha, levántate.” (Lc 8,54)
Y aquella mañana a ella le dijo: "Mujer, ¿por qué lloras?" Y la llamó por su nombre... (Jn 20,13)
Y en ese oficio de consolar…
Su palabra: el silencio
Su gesto: La mano tendida
Su mensaje: la Buena noticia
Su aliento: la esperanza
La imagen: el horizonte, Su camino
Un sentimiento: Su Ternura
Un sabor: el del Encuentro
Una textura: la de Su abrazo
Y esta es la historia de una lágrima. Y la lágrima existía, como existe la tristeza.
Pero no estaba sola. 
Asómate, escuchó... Asómate, que yo caeré contigo...
Mi deseo...
Asomarme contigo.

FUENTE. Gloria Díaz Lleonart. www.pastoralsj.org

jueves, 12 de mayo de 2016

VESTIR AL DESNUDO



Se han vuelto a poner de moda los programas de televisión de cambios de estilo. En ellos, personas que quieren un “cambio” se presentan sin recursos, emocionalmente inestables, “desnudos" ante situaciones que no saben gestionar: una imagen para un trabajo, crisis que les han dejado sin medios, etc. Los estilistas les aconsejan, les visten con un nuevo look y a la vez parecen acompañarles en lo que será una nueva etapa de su vida.
La situación es cómica, el estilista comenta con desfachatez su estilo, a la vez que intenta sacarle lo más íntimo y profundo que le lleva a la televisión. Hay mucha superficialidad, emotividad y acogida barata.

La desnudez se presenta de muchas maneras, por supuesto que no podemos olvidar a quienes necesitan de nuestra ayuda para vestir con dignidad.  Hay momentos donde el vestido se convierte en una urgencia.

Dice Marko Rupnik sj que “el vestido tiene que ver con la identidad más profunda de la persona. Tan es así que la desnudez es la pérdida de esa identidad y expresa su cercanía a la muerte”. Entonces, lo de vestir al desnudo ya no es solamente dar nuestra ropa pasada de moda a Cáritas, sino que se convierte en la obra de ayudar a recuperar la intimidad y la profundidad de la persona, crear espacios, situaciones, relaciones que colaboren en la rehabilitación del que ha perdido sus rasgos más íntimos.

Vestir al desnudo exige un profundo respeto, pues no se trata de imponer mis gustos o mi visión de la vida. Se trata de acompañar a quien necesita restaurar su humanidad, lo mejor de su modo de proceder y de situarse ante la vida; es ofrecer abrigo al que siente frio para que no bajen sus defensas. Vestir al desnudo no es hacer de estilista que crea algo nuevo, que experimenta con colores, tejidos y peinados, sino ayudar a descubrir o redescubrir el fin para el que ha sido creado, a vivir vidas con sentido y horizonte, a ver lo que Dios nos ha dado para que nuestra vida vaya a más.



FUENTE. David Ortiz. www.pastoralsj.org

lunes, 9 de mayo de 2016

La Bula del primer Jubileo (año 1300)

Con motivo del Jubileo de la Misericordia se están organizando en el mundo entero multitud de actos conmemorativos y celebrativos.


El Senado de Italia, con la colaboración de diferentes instituciones como la Biblioteca Apostólica Vaticana, el Museo de la Zecca del Instituto Poligráfico del Estado, o la Oficina Filatélica y Numismática del Vaticano, ha organizado una exposición en la que se reúnen materiales bibliográficos y documentales de la historia del Jubileo; casi 500 documentos de gran interés histórico.

La muestra se inauguró el pasado 13 de marzo y podrá visitarse en el Palazzo Giustiniani de Roma hasta el próximo 1 de mayo. Lleva por título “Antiquorum Habet”, que es el nombre de la bula por la que el papa Bonifacio VIII promulgó el primer jubileo en el año 1300.

Bonifacio VIII 
La gran estrella de esta exposición es la bula papal original de convocatoria del primer Jubileo, pero también pueden encontrarse libros, sellos, cuadros, monedas, planos de Roma de la época y documentales televisivos de cómo se vivió en la Ciudad Eterna el Año Santo de 1950.

Los documentos de la muestra podrán consultarse también en la web preparada para la ocasión.

jueves, 5 de mayo de 2016

DAR DE BEBER AL SEDIENTO



A veces llegar de una carrera y que te den a beber una lata de coca cola, más que quitarte la sed, te genera aún más ganas de seguir bebiendo. Cuando Jesús nos dice a cada uno de nosotros “dadles vosotros de bebed”, confieso que me entra un poco de “miedo” porque no siempre es fácil encontrar lo que de verdad “quita la sed a cada uno”. Y digo a cada uno, porque he comprobado que “dar de beber al sediento” no es cuestión de tirar del primer bote de coca cola que tienes al lado, del primer recurso de palabras consoladoras, o de tu mejor intención. Hace falta un paso previo y fundamental que tiene que ver con escuchar con profundidad, empatizar al máximo, pero sin bajar del todo al “pozo” (en esa imagen tan ilustrativa que te explican en esos cursos de escucha activa y relación de ayuda) porque desde tan abajo, ya no vas a poder “saciarle”, y sobre todo sabiendo que no podemos ir de “salvadores” por el mundo (aunque alguna vez lo hagamos sin mala intención).

Dar de beber al sediento es una tarea complicada, que implica a veces quedarse uno con sed, que implica aceptar que no somos nosotros los que vamos a darle ese “agua” tan necesitada. En algunas ocasiones seremos sólo buenos guías del camino para encontrarla. 

Otras, simples mediadores, puentes con otros, que serán los que de verdad les sepan dar de beber. Tanto en estas como en otras ocasiones, se requiere una valentía especial y sobre todo una actitud de humildad fuerte. Aceptar que aunque queramos ayudar a muchos, a todos, no podemos. Aceptar que sólo podemos ser servidores de algunos, que nuestra agua no es la que más quita la sed, aceptar que hay Uno que de verdad nos calma, nos da vida, nos quita la sed para siempre, aceptar digo, pasa por abajarnos, reconocernos frágiles y muchas veces, por ponerlo todo en sus manos, en SU voluntad y simplemente, pasa por confiar.

Ojalá sepamos en nuestro día a día, dar de beber al sediento, y en muchas ocasiones, encontrar las personas y las formas que otros nos enseñen, para dar de beber o incluso, para que otros den de beber por nosotros.

FUENTE. Javier Dias sj. www.pastoralsj.org